Contra la presión de la Rusia putinista
Declaraciones del presidente bielorruso, A. Lukashenko.
No tenemos de qué avergonzarnos. No hemos hecho nada malo
Sovietskaya Rossia
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
Debo decir que no hay motivos para la preocupación. Quiero tranquilizarles, esto no es un problema de la gente sencilla, es un problema de los hombres de estado, del gobierno en primer lugar. Y estoy seguro de que será resuelto.
Y ahora vayamos al fondo del asunto, porque es algo de lo que no hablan los medios. Solo dicen; Mira, los bielorrusos no pagan por el gas. Cuando firmamos a primeros de año el acuerdo con Rusia, recordarán que dije entonces: Nos vemos obligados a aceptar unas condiciones extremadamente desfavorables para nuestro país. Firmamos esos documentos porque no nos queda otra opción. Entonces valoré abiertamente, de forma inequívoca el proceder del gobierno de la Federación Rusa. Señalé directamente a los que habían adoptado esas decisiones. Qué es lo que quiere a fin de cuentas Rusia de nosotros, ya no es secreto para ustedes. Me voy a permitir por vez primera decirlo en voz alta: Rusia quiere ver privatizadas nuestras empresas, y no sólo aquellas que tanto sacrificio nos supuso levantar a mediados de los 90 (cuando las empresas estaban “de rodillas”, cuando 30$ era el salario más alto). Pasamos hambre, sed, insomnio, pero lo hicimos. Hoy día esas empresas funcionan en general muy bien. Hay filas para adquirir la producción que sale de la “MAZ” y de “BelAZ”. Hoy, en lugar de los 400 millones de dólares que sacábamos por la producción de “Belarusskaliy”, obtenemos 1200 millones de beneficio. Podría hablar de muchas otras empresas. El presupuesto del país ha pasado de los 2-3 mil millones de dólares a los 15 mil. Está claro que algo hemos hecho en este país.
Entonces, lo que ellos quieren no solo es privatizarlas -estaría bien que fuese solo eso-, lo que buscan es quedárselas gratis. ¡Lo que ellos querrían, sería privatizar todo el país! Que algún periodista me diga cuando el presidente ha dicho que nos vamos a unificar, para que Bielorrusia se vea dentro de otro estado. Nunca lo he dicho. Nunca. Yo siempre he hablado de una unión. Y cualquier unión tiene sus principios, sus criterios etc. Así pues, la construcción de la unión presupone ciertos principios. El principal de ellos es una base equitativa. Entonces ellos en respuesta, inflan los carrillos: “Nosotros, somos tan grandes. Es imposible”. Pues si es imposible, es imposible. Entonces han de decir honestamente, que para ustedes eso es imposible. Para el gobierno de Yeltsin, si que parecía que era posible, y se firmaron todos los documentos, incluido el acuerdo de Unificación. Y durante su desarrollo se firmaron infinidad de acuerdos, intergubernamentales e interestatales. Hay que cumplirlos. Pero en Rusia han entendido que no les convienen y han comenzado a denunciarlos. Ya saben de qué acuerdos se han retractado. Y cuando nosotros firmamos recientemente los acuerdos del gas, le dije a Putin honesta y sinceramente: “Los vamos a firmar, pero deben tener en cuenta, que en el 2007, más de la mitad de ese precio, no lo vamos a pagar. Porque si abonamos el 100%, nuestra economía y el bienestar de nuestra gente se verá muy afectado. Porque el precio del petróleo se ha duplicado, y el precio del gas ha aumentado en dos veces y media”.
Se me dijo lo siguiente: no queremos crear problemas al hermano pueblo bielorruso.
Ayudaremos a los bielorrusos, incluyendo un crédito interestatal de 1,5-2 mil millones de dólares, en condiciones ventajosas. A quince años, a empezar a pagar a partir del quinto año. Un préstamo ventajoso. Entonces yo pensé que lo tendríamos complicado en el 2007 y 2008, mientras se adapta nuestra economía. Pero los 1,5-2 mil millones, bastarían para de algún modo soportar el golpe…Estamos en agosto, y el gobierno mantiene conversaciones con el gobierno ruso, para que nos sea concedido ese préstamo, para poder pagar por el gas que consumimos.
Esa fue entonces la posición de la parte rusa, ante unas condiciones dadas de forma objetiva. Pero hoy ya hemos llegado a la humillación. Últimamente dan a entender, que hay que ir al Kremlin y ponerse de rodillas. Puede que alguien lo haga, pero no seré yo quien vaya a ponerme de rodillas.
Hasta julio teníamos un acuerdo con “Gazprom”, para pagar el gas. Les habíamos pedido esperar, mientras nos concedían el crédito. Pero el préstamo no ha llegado y hemos quedado como deudores... Aproximadamente 460 millones de dólares, por medio año. Tengo la sensación de que cuando ayer anunciaron el corte del suministro, lo estaban esperando. Lo necesitaban. Se han quedado sin enemigos: a los usamericanos no te los vas a poner en contra justo antes de las elecciones, sería muy peligroso. Es momento de abrazarse. ¿Ucrania? Ya se ha alejado de todos nosotros en un 85% y tiene un pie en Occidente. ¿Kazajstán o Turkmenistán? Son estados independientes con gas y petróleo de sobras.
Pero Bielorrusia no tiene ni petróleo ni gas. ¿Dónde va a ir? He ahí la ideología. Digo esto porque ya estoy harto de callarme. He dispuesto que se tome dinero de nuestras reservas para cancelar esos 460 millones. No es dinero para el país. Cierto que estamos dejando al descubierto nuestras reservas. Pero hoy, tanto Hugo Chávez, como otros buenos amigos nuestros han declarado:”No sufran ¿qué préstamo necesitan? Y nada de intereses bancarios. Les prestaremos para que tengan completa estabilidad” Hasta los bancos comerciales occidentales dicen: les daremos quinientos millones, no se preocupen. Europa se ha intranquilizado. Lean lo que escriben hoy sobre Rusia. Y eso que en Europa no es que nos quieran demasiado.
Por eso pagamos hoy de nuestras reservas. A lo largo del mes, las rellenaremos con los préstamos de otros países. No perdemos nada. Que se lleven ese dinero y vivan como tienen pensado vivir. A alguno le parecerá poco. Otros no se llevarán nada al bolsillo. Tienen miedo: ¿Y si cambia algo después de las elecciones? Por eso comienzan estos ataques. Que vivan tranquilos.
Nuestras relaciones con los estados, con la Federación Rusa ante todo, deben ser más realistas. Nos hacen una tras otra; que si por los caramelos, que si por el azúcar. Detiene nuestros camiones en la frontera. Requisan el azúcar y ceden el almacén a nuestros competidores. Nadie que no sea nuestra buena y hermana Rusia, se ha permitido con nosotros un abuso así….Vamos a pedir a Rusia que pague también por todo lo que hacemos por ella. Ha llegado el momento de decir la verdad y vuelvo a repetir: no tenemos de que avergonzarnos. Nosotros no somos de los que se rebajan. No le hemos hecho nada malo a Rusia. Deben entender que el pueblo ruso no tiene culpa ninguna. El ruso siempre ha sido uno de los nuestros. Bielorrusia debe ser para los rusos como su propio estado. Así será. Por eso vuelvo a repetir: No le debemos nada a nadie. Nos hicieron una promesa y nosotros les creímos. Ahora han decidido perjudicarnos. Pero hay gente dispuesta a ayudarnos en estas circunstancias. Prácticamente hemos aceptado un préstamo para entregarle a nuestra hermana Rusia, lo que nos exige. Eso es todo. La cuestión está finiquitada. Nos sobrepondremos. Ya no estamos a mediados de los 90, cuando las tiendas estaban vacías y era imposible vivir, y cuando hasta mis más firmes partidarios no creían, ni yo mismo creía, que saldríamos a flote. Lo conseguimos. Ahora con más razón lo haremos. Sobreviviremos.
Traducido desde Civilización Socialista, traducido a su vez del diario Sovietskaya Rossia.
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