Solidaridad con la República de Bielorrusia

Blog dedicado a la Solidaridad con la República de Bielorrusia,foco de resistencia al mundialismo en Europa y solidario con el pueblo bielorruso,apoyando su firme determinación de construir un futuro estable y libre de las injerencias occidentales. En el blog aparecerán artículos referentes a este país,y será punto de encuentro para aquellos camaradas que quieran unirse al proyecto de crear un Comité de Solidaridad con la República de Bielorrusia.

dissabte, de desembre 13, 2008

El dolor a través de los años

EL DOLOR A TRAVÉS DE LOS AÑOS
Con el motivo del
65º aniversario de la tragedia de ghetto de Minsk en el complejo conmemorativo “Yama” se celebró el mitin réquiem que presenció también el Presidente belaruso Aleksandr Lukashenko.

Ha traído las flores al “Yama” (se traduce como el “foso”) de Minsk, el complejo conmemorativo situado en el lugar de uno de los ghettos judíos más grandes en Europa. Aquí fallecieron su madre, el padre y su hermano. El mismo se salvó de milagro, pudo evitar las balas fascistas, huyó al bosque donde se unió a los guerrilleros y, aunque fue un chico, hasta el último día de la guerra vengó junto a los mayores a sus familiares. Los últimos años Saveliy Kaplinskiy vive en Nueva York, pero el 65º aniversario de la exterminación del ghetto de Minsk le obligó a volver a la ciudad natal.

Antes de que hubiera comenzado la guerra, en el cruce de las calles Zaslávskaya y Melnikaite se situaba una cantera. Los nazis la usaron como el cementerio y tiraban allí los cadáveres. Después de que la ciudad fue liberada en aquel lugar fue establecido el obelisco con la inscripción en yiddish “A los judíos que cayeron víctimas del nazismo”. Pero para aquel momento en Minsk ya se quedaba poca gente que comprendía ese idioma y podía contar sobre la tragedia que habían vivido. Ya en invierno de la década de los 90 los niños paseaban en trineos por las pendientes escarpadas de “Yama”. El 10 de julio de 2000 fue abierto el complejo conmemorativo para dar homenaje a 100 mil fallecidos en el ghetto de Minsk. A propósito, en la inauguración participó también Aleksandr Lukashenko.

Establecí en Minsk cuando los escultores Finskiy y Polak ya “demostraron la muerte” de 27 figuras de bronce. Cada vez que pasaba por allí, miraba la escultura y me infundía el terror, las cabezas y los hombros bajados, me sorprendía el sentimiento de perdición y el presentimiento de la catástrofe que los autores plasmaron en la esculturas con tanto esmero y naturalidad. Para mí “Yama” en la calle Melnikaite, igual que Jatyn o la Fortaleza de Brest, simboliza la guerra. Y sólo los hechos dicen que la inmortalización de la memoria de “Holocausto” en Belarús se debe a la actualidad.

El “Holocausto” se traduce del griego como la “incineración total”. Un poco antes del comienzo de la Gran Guerra Patria en el territorio belaruso vivía casi un millón de judíos. En el plazo de cuatro años los nazis lograron exterminar según varias fuentes a eso de 800 mil individuos pertenecientes a esta nación. Otras 50 mil hebreos fueron llevadas de otros estados europeos y fusilados aquí. A menudo a los desnaturalizados los llevaban directamente al pueblo Trostenéts (región de Minsk) donde se encontraba uno de los campos de concentración más grandes del mundo. El 20 de octubre el Presidente comunicó: en Trostenéts estará establecido el monumento a las víctimas del nazismo. “No podemos olvidarnos de aquel heroísmo que había demostrado nuestro pueblo, incluso los judíos, — dijo Aleksandr Lukashenko. — Que el mundo se fije de lo que se hace en Belarús para honrar la memoria”.

Es imposible que Usted no note en “Yama” un elemento más — la avenida de los Justos entre las Naciones. Así se llama la gente que en los años de la guerra salvaban a los hebreos, aunque corrían el riesgo. La institución oficial en Jerusalén “Yad Vashem” otorgó el título de los Justos a 696 belarusos, es más que en cualquier otro país del mundo.

Fania Gueller-Grozovskaya ya desde hace mucho tiempo vive en Israel. No visitó el pueblo nativo ya durante 9 años. No podía contener las lágrimas cuando contaba sobre cómo huyó con su madre del ghetto de Minsk, cómo les dio cobijo, o según su expresión, “las guardó” una familia belarusa. Dijo que hasta su último día no olvidaría la bondad de aquella gente...

La ceremonia no duró mucho, tampoco fue lujosa. Como cualquier rito de luto fue reservada, pero llegaba al alma. En el momento de la ofrenda floral los embajadores de Israel y Alemania se cogían de las manos, el discurso del Presidente, minuto de silencio...

Igor Slavinskiy
Extraído de la web de Belarus Magazine www.belarus-magazine.by